miércoles, 2 de agosto de 2017

[Análisis] The Legend of Zelda: Breath of the Wild


Tras haber conseguido los 120 santuarios, las 4 bestias sagradas, los 18 recuerdos y la destrucción de Gannon está exprimido casi al completo. Faltan cosas por hacer y, por supuesto, los Kologs y su inconmensurable número van por libre, pero ya podemos hablar con propiedad de este juego.


Y lo primero es responder a una de las grandes preguntas que plantea ¿Es realmente el mejor juego de la historia? Esta es una pregunta que depende mucho de lo que haya jugado cada uno, claro está, y de lo que le guste, pero, para mi, desde luego que es lo mejor a lo que he jugado nunca y deja ese regusto de aquellas obras maestras que sabes que pasará mucho tiempo hasta que te encuentres con algo igual. Ahora, ¿es perfecto? No, claro que no lo es, tiene errores, poquitos, y un gran fallo que, bajo mi punto de vista daña un poco al conjunto del juego. Esto no es algo malo, nos dice que aún hay margen de mejora y que, aun falta para llegar a esa experiencia absolutamente redonda.

Dicho esto ahondemos un poco más en el análisis. Lo más notable del juego es, sin duda, lo bien elegido que está el título. Breath of the Wild hace referencia a esa sensación de libertad, de exploración, que nunca habíamos podido probar en la franquicia y que tan bien han sabido recoger. Es cierto que Hyrule, el mundo, en si mismo, siempre ha tenido una gran importancia en el desarrollo de la saga, siendo una de sus marcas de identidad el ir descubriendo el mapa a medida que avanzábamos. Pero, en esta ocasión, Hyrule es salvaje, es accesible, es un lugar en el que perderte y simplemente, explorar.


Cuando se empezó a conocer información de este juego, daba bastante miedo que este fuese uno de los puntos en el que se había hecho tanto incapie. Todo el mapeado iba a ser accesible casi desde el principio. Dispondríamos de las herramientas para ir desde el punto inicial hasta la esquina más lejana, algo que chocaba mucho con la tradición de la franquicia. Yo, que soy reticente a los cambios, sobre todo a cambiar cosas que funcionan, quedé muy alerta, confiando en el buen hacer de Nintendo, pero alerta. Y no puedo por más que alabar la grandeza de este nuevo Hyrule.


No es el mapeado más grande que podemos encontrar en un videojuego, pero, sin duda, es el más vivo. Se nota el mimo absoluto con el que se ha tratado cada uno de los puntos del juego, por insignificantes que fueran. Y este punto precisamente lo que hace que marque un antes y un después en la industria. A partir de ahora éste tiene que ser el estándar en el que se tienen que mirar los juegos de "mundo abierto". Ya no vale con hacer una extensión de miles de kilómetros cuadrados, ahora hay que dotarlo de vida y personalidad. En este nuevo Hyrule, hasta las llanuras más "aburridas" se notan llenas de vida. Los desiertos son peligrosos, no meras dunas yermas que atravesar rápidamente.


Los enemigos no parecen robots programados para localizarnos y destruirnos. Hasta los que se comportan con "escasa inteligencia" lo hacen de una forma natural. Me explico, tu notas que un enemigo es tonto pero como podría serlo en la vida real, no es que ande en línea recta sin más. Hacen gala de una curiosidad increíble, cazan, pescan. Ellos están a lo suyo hasta que llegas tu a molestarlos.


Breath of the Wild también es un juego de aprendizaje. Link despierta en un mundo salvaje, peligroso y tiene que aprender a ser el Héroe del Tiempo. Muy atrás quedan ya aquellos momentos iniciales en que huir de cada enemigo que salía al paso era una constante. En que había que mezclar los distintos elementos al cocinar para descubrir las combinaciones apropiadas e interesantes. En que pensábamos que los poderes de la tabla sheikah sólo servían para lo más ortodoxo. Recuerdas con cariño esos momentos cada vez que te desplazas, ahora ya si, sintiéndote poderoso. Ese momento en que emulas el primer trailer del juego y le lanzas una flecha a un guardián, destruyéndolo de un solo golpe es asombroso. Y aún así hay enemigos temibles, de los que muchas veces es mejor salir por patas.


Es que si, el Centaleón plateado (no hablemos ya del dorado) sigue siendo un rival muy a tener en cuenta, sobre todo por la cantidad de armas que tenemos que fundirnos para derrotarlo. Porque las armas se rompen, incluso la Espada Destructura del Mal necesita descansar de vez en cuando, máxime si la usamos para reventar rocas. No se pueden reparar. Bueno, esto no es del todo cierto, las armas únicas, de los héroes, guardianes de las bestias sagradas, si que se pueden volver a forjar y hay una manera de recuperar la durabilidad de las armas, pero es tan pesada que no merece la pena hacerlo. De todas maneras, no os preocupéis, con el tiempo aprenderéis a deshaceros de fuertes enemigos que sueltan armas muy poderosas y con una gran durabilidad.


Respecto a los enemigos y la dificultad me gustaría hacer un pequeño inciso en referencia al primer DLC que ha sido publicado. Éste añade, entre otras cosas, el modo "difícil" de dificultad, que hace que el juego sea aún más un reto, y el Santuario de la Espada. Este último añadido se vuelve demasiado tedioso y, en cierto modo, artificialmente difícil. Y es una crítica que quiero hacer patente. Cuando Link ha evolucionado mucho no tiene sentido que te dejen, a la buena de Hylia, sin ropa, en un santuario de varias decenas de niveles, que hay que superar de forma consecutiva. Entiendo que no te den armas, ni nada del inventario, pero... la ropa. Que al menos te dejen ciertos puntos de guardado o algunos ropajes para diferentes niveles. Lo que no tiene lógica es que puedas ir con los 30 corazones pero te destrocen de un solo golpe porque no llevas armadura.


Naturalmente los gráficos y la música son maravillosos, a la altura, no solo de los tiempos, si no también de lo que la saga representa. Nintendo vuelve a demostrar que no es necesario recurrir a las 4K ni nada parecido. Que saben hacer juegos bellos y que calan muy hondo.


Por último nos falta hablar de la historia, quizá el punto más flojo de todo el juego. También era el otro punto peligroso, cuando lo dieron a conocer. Y es que poder ir a por el enemigo final sin haber completado más que los 4 primeros santuarios... Eso hacía que la historia tuviera, necesariamente, que pasar a un segundo plano. Como digo, bajo mi punto de vista es el punto más flojo pero, bendito punto flojo. Está muy por encima de la historia de la mayoría de los juegos, eso no lo dudéis, es sólo que es "diferente". El Héroe y la Princesa tienen una historia muy interesante que contar y que Link debe recordar. Además, Hyrule entero tiene toda su historia para que nos enteremos qué ha ocurrido, antes del cataclismo, durante el mismo, y tras él. Está plagado de referencias que harán las delicias de cualquier fan de la saga y, en definitiva, cumple sobradamente su cometido. Es sólo que, con el nivel del que hace gala el resto del juego, la historia queda un poco empequeñecida.

En definitiva, no hay duda de que Breath of the Wild es un juego que hará escuela. Su vivo mundo, lleno de cosas que hacer, completamente accesible y que te sorprende en cada esquina, con unas físicas tan cuidadas que permiten resolver los puzzles de muchas formas distintas y en el que te sorprende hasta el comportamiento de los peces o los insectos hace palidecer a todo lo visto hasta el momento. Ahora que sabemos que algo como esto es posible lo queremos, más, y mejor. Lo que no quiere decir necesariamente "más grande" como ya se ha encargado de demostrar este Hyrule.


Cualquier persona que disfrute de los videojuegos debe acercarse a esta nueva entrega de The Legend of Zelda y perderse por las praderas, bosques y montañas. Ya sea en WiiU, Switch o PC (a través de emulador) siempre merecerá la pena. Desde luego, aunque esté hecho originalmente para WiiU, y yo siempre sea un ferviente defensor de que ahí tenía que haber salido, se ha convertido en el auténtico responsable que de Nintendo Switch se encuentre agotada en todo el planeta. Ojala todos los juegos que salgan para este híbrido tuvieran la misma calidad.
Ahora ya sólo nos queda esperar a navidades para adentrarnos en el segundo DLC del juego, este sí, con historia. Eso si, de una forma muy acertada no será una historia necesaria para el juego, parece que simplemente ahondaremos un poco más en esos recuerdos del pasado. Yo creo que el contenido consistirá en lo que ocurrió entre esos recuerdos, poder vivirlo de forma más interactiva. Os animo a todos a darle una oportunidad, si aún no lo habéis hecho, a esta increíble aventura.

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